Un estudio aumenta la esperanza de establecer comunicación con quienes sufren esta situación
Owen la había elegido, era afortunada. Con sólo 23 años la joven, llamémosla Jennifer, diagnosticada de “estado vegetativo persistente”, respondía a los estímulos. No importaba si lo hacía de un modo casi imperceptible, inadvertido para cualquiera que no quisiera “ver”. Owen y su equipo sí querían: hablaban con ella, le daban instrucciones: “imagina que juegas al tenis”, “imagina que caminas por la calle”. Trataban de obtener alguna reacción, por mínima que fuera y, sorprendentemente, en su cerebro comenzaron a registrarse pautas, signos valiosísimos que exultaban que no estaba todo perdido. ¿Qué “milagro” estaban presenciando?
Por Carla Rifaterra
La comunidad científica del campo neurológico ha recibido con expectación el estudio publicado por la revista The Lancet acerca del uso del electroencefalograma como detector de respuesta cerebral en pacientes en estado de mínima consciencia. El neurocientífico Adrian Owen, de la universidad de Ontario oeste, ha dirigido esta investigación que facilita el diagnóstico clínico de estos enfermos y la potencial comunicación con ellos. Las reacciones entre los especialistas no se han hecho esperar ante una noticia de tal calado.
Un simple electroencefalograma (EEG), barato y de fácil manejo, podría revolucionar los diagnósticos para comprender si un paciente está mínimamente consciente o por el contrario se encuentra en estado vegetativo, según el artículo de Owen. Se propone así sustituir al método utilizado hasta el momento, la resonancia magnética funcional, muy cara y compleja.
El estudio demuestra que estos enfermos tienen actividad eléctrica cerebral
Se trata de un paso más en la posible recuperación de quienes, aunque presentes de forma física, parecen idos y desvaídos; no están con nosotros, su presencia es una simple liberación de calor corporal. Pero no todos ellos se encuentran en la misma situación: “estado vegetativo”, “estado de mínima consciencia”, cuesta entender cuál es la diferencia y, según Owen, incluso “hasta un 40% de los casos recibe un diagnóstico incorrecto” ¿Qué implica una situación u otra? La diferencia es de significado: la investigadora Marta Garrido, del centro Wellcome Trust para la Neuroimagen de Londres, explica que «Un paciente en estado de consciencia tiene comportamientos que requieren de la cognición y uno en estado vegetativo sólo conductas impulsivas».
“Hasta un 40% de los casos recibe un diagnóstico incorrecto”
El estudio contó con 16 personas en estado vegetativo y otras 12 completamente sanas, que recibían instrucciones por medio de la voz. Los resultados fueron llamativos: tres de las personas enfermas pudieron generar respuestas cerebrales, similares a las generadas por las personas sanas, ante las órdenes recibidas. Las contestaciones fueron captadas por el EEG. Detectar la actividad eléctrica del cerebro a través de instrumentos como éste abre las puertas al posible contacto con enfermos en estado de mínima consciencia. En sus cerebros se podría, en el futuro, clasificar imágenes mentales que ofrecerían la posibilidad de lograr una potencial “comunicación” con dichos pacientes, tal y como aseguran los coordinadores del artículo, con Owen a la cabeza. Sin embargo, aventurar semejante posibilidad no deja de ser “una ilusión”, como afirma Carlos Tejero, vocal de la Sociedad Española de Neurología, quien asegura que el artículo publicado en The Lancet “es interesante desde el punto de vista neurológico” pero “no se puede asegurar que activar un área cerebral a través de la voz sea comunicación”.
Pese al largo camino por recorrer, los nuevos usos de la tecnología se presentan como un dios todopoderoso, que puede conseguir lo que hasta ahora parece difícil: realizar diagnósticos correctos en primer lugar y establecer “comunicación” con pacientes mínimamente conscientes.
El EEG permite leer las ondas cerebrales y localizar las regiones que se activan
Estudian el sueño para comprender la actividad cerebral
Las diferencias entre pacientes mínimamente conscientes y los que están en estado vegetativo también se aprecian respecto a asuntos como el sueño. En un estudio realizado por Eric Landsness y Marie-Aurélie Bruno, de la universidad de Wisconsin, entre otros, y publicado en la revista de neurología Brain, se observaron los patrones de comportamiento de 11 pacientes, seis en estado de mínima consciencia y cinco en estado vegetativo. Los investigadores pretendían correlacionar los cambios electrofisiológicos producidos en el sueño, con los cambios de comportamiento que se registran al dormir: ojos cerrados e inactividad muscular. Los resultados del estudio aclararon que, durante la noche, los pacientes en estado vegetativo únicamente mostraron patrones de comportamiento y no electrofisiológicos, mientras en los enfermos mínimamente conscientes sí se registraron patrones electrofisiológicos . Este trabajo avanza en la idea de una posible relación entre la electrofisiología del sueño y el nivel de consciencia de pacientes con lesiones cerebrales serias. Así, proponen el análisis del sueño como herramienta complementaria para estudiar la función cerebral en pacientes que han sufrido este tipo de traumatismo.